En una noche fría de junio, el bar Los Chisperos de la República Separatista de San Telmo abrió sus puertas al dúo de Marcelos Scornik y Filippo quienes adoptaron sus apellidos maternos (Gerzenstein/Bahía) para esta fecha, en solidaridad con las víctimas de «el estrago que ha causado el machismo».
Fotos de Nico Palavecino
En un concierto íntimo para «mucha gente conocida», el letrista de Andrés Calamaro, Los Twist, Charly García, entre otros, fue desempolvando viejas canciones conocidas y otras perlas, con una formación de guitarra acústica + voz, que devino en ensamble, con la ayuda de Tito Losavio y Gabriela Filipo
Para regocijo de la concurrencia, un Scornik verborrágico fue agregando notas al pie a la lista de temas. «Estas son canciones que tratamos de colocarle a alguien para irnos a vivir a Nordelta», definió. Cerca de la mitad del set, el hombre que ya estaba duro mucho antes sacó un as de la manga: «Traje mi liquidación de Sadaic. Como para mostrar, pasar por las mesas, a ver si alguien puede tener un gesto caritativo con un pobre autor.»
Hubo hasta lugar para un comentario de actualidad, cuando en relación a los festejos por el 25 de mayo, el Cuino señaló: «Qué lindos los aviones militares sobre el suelo patrio. De milagro son de las fuerzas argentinas.»
Entre las perlas de la noche se pudo escuchar el éxito de los Abuelos de la Nada «1000 horas» cantado con los versos originales, precedido por un audio de whatsapp donde Andrés Calamaro recomendaba «guitarras arpegiadas y voz».
Y ya terminando el espectáculo, remató: «Cuando sea grande quiero chocar como El Chano».
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