Acovachados en su casa de Villa Urquiza, charlamos con Ricardo Tapia, cantante de La Mississippi, la legendaria banda de blues argentino que está por celebrar 30 años de carrera con la música. Mate de por medio, hablamos de su último disco, la historia del rock nacional, la vinculación de la música con la política, entre otras cosas.
¿Cómo fue el proceso de grabación de “Criollo”?
Lo hicimos en vivo en un estudio. Es un formato muy antiguo, clásico. Nuestro técnico, Mariano Bilinkis, no estaba acostumbrado a hacer ese trabajo porque está acostumbrado a trabajar con grupos que hacen sobregrabaciones, como Las Pelotas. Acá hay que manejar todo lo que está pasando in situ. Inclusive las voces fueron puestas mientras tocábamos.
Es raro eso en un cantante…
Sí, pero pensá que hace mucho que tocamos juntos con este grupo…. Igual yo no tengo un standard de auto crítica muy elevado. Si me gusta, va. Aunque las tomas no las elijo yo, siempre las elige otro.
Antes de “Criollo” vino “Inoxidables”, un disco de versiones de temas del rock nacional ¿Cuál fue el criterio de elección de esas canciones?
Fue un no criterio. No pensamos en homenajes, son temas que nos gustan o que ya tocábamos en la sala. La idea era deformarlos y no escuchar los originales. Al mejor estilo fogón. Algunos los deformamos del todo, como “Mascare en el Puticlub”, que le pusimos una flauta y lo terminamos tocando, con un sonido más Dr. John, funkero y negro. Más que nada para irnos del sonido balcánico que tiene Skay. Si lo tocábamos igual, no iba a haber ninguna diferencia.
Y la elección de los artistas imagino que no ha sido azaroza…
La mayoría de los artistas, salvo los Sumo, son artistas con los que hemos compartido shows o escenarios. Son gente que la conocemos, como en el caso del tema de Moris “Pato trabaja en una carnicería”, que es un tema que quiero grabar desde que tengo 15 años.
¿Qué tiene esa canción de especial?
Hace una interesante crítica social interna a los tipos que se lookean como hippies y que no lo son. Da por sentado que la sociedad es una porquería y ya directamente apunta a cierta persona que era un beatnik medio insoportable que siempre había que bancarlo, que todos saben quién es… no es Pato… es un artista que murió joven, que era un cantante pesado y que tenía un apodo como el de un estilo de música popular, pero en diminutivo.
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Moris era de una generación más linkeada a la política, ¿qué opinás de este debate que se da ahora de si los artistas deberían estar o no ligados al mundo de la política?
Creo que el debate pasa ahora por lo partidario, más que por la política. Es otra cosa. Se habla de estar pegado a un culo partidario. Antes, era tener una idea de la política o tener una idea social. Ahora se trata de quién está pegado a un candidato y quién no. En los 70 era un tema de ideología. Ahora los líderes son los que hacen negocios.
Estaba pensando en la foto infame de Ricardo Iorio con Alejandro Biondini, lider del partido filo-nazi Bandera Vecinal…
Eso es una estupidez de Ricardo, que de política sabe poco y nada. Le gusta crear problemas y tiene eso de que le gusta estar siempre afuera de lo que está bien. Que se hable mal de él. A veces se va de mambo y se termina juntándo con los nazis… cualquier cosa.
Van a cumplir 30 años como banda, ¿cuál fue la clave para lograr la longevidad de su proyecto?
Que una banda funcione depende del grupo humano. Tenés que compartir cosas. Nosotros somos de la misma generación y comemos de la misma manera, pensamos parecido, leímos Satiricón, miramos a Carlitos Balá… tuvimos todos una infancia parecida y tenemos una visión del mundo parecida.
También es importante aprender a convivir, no meterse en el espacio del otro, darle lugar a la familia. Nosotros no pasamos vacaciones juntos… ya estamos juntos suficiente tiempo con la banda. También dejar que el grupo sea un espacio para los músicos, que no haya gente de afuera que se involucre.
Hay una tendencia a creer que, en la música, hay que pasarla mal en el corto plazo para recoger los frutos del éxito en el largo plazo…
No es así. Cada banda tiene su momento. Hay grupos que les va muy bien en poco tiempo y se terminan, y su destino es ese. Y si duraran mucho, serían un bodrio. Hay personalidades que no están hechas para durar, están hechas para explotar y ya. Cada uno con su mambo. No todos tienen el efecto Rolling Stone.
O sea, que no hay que especular…
La verdad que no se puede estar especulando mucho en la música. Si le tocás las alas a las mariposas, no vuelan más. Si empezás a ver qué tendrías que haber hecho, te salís del modo operativo, del papel del tipo que hace cosas porque le gusta. Especular en la música puede tener un buen resultado, como lo puede tener mentir en medio de un juicio. Pero yo siempre aposté a hacer lo que me gustaba.
Hay más músicos que nunca, pero también hay más gente frustrada con el oficio que nunca, ¿qué mensaje de aliento le podrías dar a todos esos jóvenes que la están peleando?
Es una época compleja. Hay mucho tiburón para poco náufrago. Mucho cacique y poco indio. Leí una estadística que decía que en un estadio de 60 mil personas hay 34 mil músicos. Los músicos tocan para músicos, lo que es frustrante porque el otro te juzga…
Lo que puedo decir es que el parámetro de que “te vaya bien” no es ser un super músico, superar a todos en técnica o escribir partituras bajo el agua… no, tiene que hacer algo singular. Algo que sea particular… y que crea en eso… y que no le pida a la música que le de de comer.
¿Y vos cómo concebís la idea de “el éxito con la música”?
El éxito con la música es no haber hecho algo diferente a lo que vos pensabas que ibas a hacer. No haber sido interrumpido en el proceso de construcción, desde el principio hasta el final. Hacerlo como a vos te gusta, mostrarlo y decir “esto es lo que yo hago”. Aunque igual la palabra éxito es como un subidón innecesario…
Te sorprendería la cantidad de personas que tienen eso en la cabeza.
Bueno, estaría bueno que se obsesionen con el prestigio. El prestigio que logra un músico por hacer algo iteresante, eso es mejor que el éxito. Como decía Spinetta, el prestigio de un músico es mucho mejor que un éxito que no sabés ni de dónde viene.
Es más interesante que la gente considere que lo que hacés está bueno y tiene un lugar. No importa cuánta gente te va a ver, o cuán seguido. Importa si esa persona deja algo y está en tu batea. Los grandes artistas en general no llenan estadios. El éxito reside en la calidad, no en la cantidad.
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