El ecléctico tecladista, compositor, arreglador, director y Dios sabe qué otras cosas está editando «Brindis/Música de Flores. Volumen 4», su cuarto disco de caracter solista. Y lo está haciendo mediante el financiamiento colectivo.

La idea es realizar una pre-venta del disco a través de su página web. Tenés tiempo para participar de esta campaña hasta el 10 de julio (del 2016). La presentación oficial de «Brindis/Música de Flores Volumen 4» será el Jueves 28 de Julio (del 2016) en Café Vinilo, Gorriti 3780.

 

¿De dónde surgió la idea de hacer «Brindis/Música de Flores Volúmen 4» con crowdfunding?

La idea nació por sugerencia de la periodista Alelí Acuña Barrenechea, después de que ella me hiciera una nota para la agencia Télam. Pero la primera referencia histórica de este método que tuve fue del grupo MIA (Músicos Independientes Asociados) que era un colectivo de músicos y artistas que funcionaban alrededor de la familia Vitale durante los años 70.

Rubens “Donvi” Vitale y su esposa Esther (padres de Lito y Liliana) fueron pioneros de la autogestión y del contacto directo con los potenciales oyentes. Tenían un fichero que vendría a ser el antecesor a la lista de mails y convocaban a sus conciertos por correo. En un momento hicieron una colecta previa a la salida del disco y esa fue, hace 40 años, la primera resonancia que tuve de lo que hoy llamamos “crowdfunding”.

 

¿Quién te ayudó a sacar adelante la movida?

La que me asesoró y organizó el asunto fue Eugenia Zorilla, una productora radicada en Córdoba, que ya había diseñado algunas campañas de este tipo. Hay un detalle que ella señala que es que, más allá del objetivo económico al que se apunta para concretar el proyecto, lo realmente valioso es ese tipo de conexión uno a uno y sin intermediarios con la gente que en principio tiene un acercamiento genuino al material.

 

Y no es tu primera relación con la producción independiente…

Y no. Los discos los edito a través de un sello que es PAI de Fernando Lerman, pero con producción independiente. Es un sello que tiene un criterio no comercial y que provee la plataforma para músicas que hay que interesan. Hay pocos espacios dentro de los sellos mainstream que se dediquen a la música instrumental. Tiene más sentido hacerlo desde la autogestión.

 

¿De dónde viene el nombre del disco?

Lo de «Volumen 4» sirve para que el que lo escuche tenga la noción de que hay 3 discos anteriores que puede ir a buscar. Y lo de “Música de Flores” es una respuesta que armé para la típica pregunta “¿Qué tipo de música hacés?”. El razonamiento es así: La música es de autor, que vengo a ser yo, y yo vivo en Flores. Por ende, lo mío es música de Flores.

 

¿Cómo es eso de la música de autor?

El concepto viene un poco del mundo del cine, donde por un lado uno tiene géneros que identifican a las películas bajo estereotipos y, por otro, directores que van abordando distintos géneros, pero que hacen que lo interesante sea la mirada de esa persona. Tiendo más a este segundo plano. Más que un músico de rock progresivo o de jazz, me considero un autor, un ser vivo que compone.

 

¿Qué se te dio por incluir una cumbia dentro del disco?

La cumbia es un género criollo. Es una mezcla de elementos originarios de América con elementos europeos y africanos en su modo más folclórico. Aparte es una música que tiene una insidencia importantísima en la Argentina, sobre todo en las ciudades en estos últimos años.

 

Bueno, pero viniendo del palo de donde venís, genera un contraste fuerte…

Si, claro, y me veo muy atraído por esa idea de contraste. Yo soy de una generación que vivió los contrastes. Fui niño en los 60 y adolescente en los 70. Pasaron muchas cosas en Argentina y en el mundo como para que los contrastes no te invadan.

 

¿Entonces ese tipo de mezclas es común a tu manera de encarar la música? 

Mirá, los dos géneros más populares, el rock y el jazz, estaban manejados por el concepto de que la mezcla llevaba a la vigorización. Pero de cualquier manera, hay géneros que tienen estigmas. Lo mismo le pasaba al chamamé con el folclore. Durante el boom del folclore masivo en la Ciudad de Buenos Aires en los 60, lo que eran zambas, chacareras o folclore del noroeste eran más cool, más respetables que la música del litoral.

 

¿Qué hacía que el chamamé fuera estigmatizable en los años 60?

Por ahí era el hecho de que esa música estuviera asociada a otro tipo de clase social u otro tipo de inmigrante interno, que venía de otro lado, de otra cultura y que en la Ciudad desempeñaba otro tipo de laburo. No es muy diferente a lo que pasa con la cumbia.

Igual a mí me gusta la cumbia. Cuando escuché los Wawancó por primera vez me pareció fantástico, por poner un ejemplo. De hecho, hay un gran disco de Charles Mingus que se llama Cumbia and Jazz Fusion del año 77 que es mortal. Es una especie de documental del narcotráfico, arranca en las selvas de Colombia y termina en Nueva York. Arranca tocando música tradicional con los intstrumentos correspondientes y termina en un swing super hard.

 

¿Qué opinás del artículo?